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Mostrando entradas de 2018

Vuelve a casa… ¡y quédate!

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(Imagen de elpais.com) La vida, la posición económico-social, el efecto eliminación u otros factores van colocando en puestos de responsabilidad a personas que, sencillamente, no son las idóneas para desempeñarlos con éxito. Esta es una realidad que se da en empresas y organizaciones variopintas. Las ofertas salen adelante, los clientes responden, las cosas siguen funcionando, pero ciertamente todo podría ir mucho mejor si fuésemos capaces de incorporar (y retener) a las personas con más talento en nuestro proyecto. En esta tribuna se han analizado en varias ocasiones las causas que nos llevan a centrifugar el talento en nuestras organizaciones, un fenómeno que se produce principalmente, y resumiendo mucho, cuando la mediocridad está en el puente de mando de las mismas. Pero siendo este un problema, lo peor que nos puede ocurrir como sociedad no es que el talento se escape de una empresa de Mondragón a otra de Llodio o Amorebieta. Lo peor es cuando, tras haber in

¡Más cambios y menos discursos!

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Llevamos años escuchando y leyendo que estamos viviendo la mayor crisis institucional de nuestra historia democrática. Y ni siquiera el 40 aniversario de nuestra Constitución, que acabamos de 'celebrar', permite atisbar que el final del tortuoso camino estaría cerca. Parece no haber forma de parar esta competición hacia la autodestrucción democrática. Seguro que el lector, sea cual sea el color del cristal de sus gafas ideológicas, compartirá conmigo que hoy muchas de las promesas políticas que conocemos a través del informativo matinal ya han caducado para el informativo del mediodía. Que la pos-verdad se abre paso de manera grotesca. Y que las verdades duran el tiempo que transcurre de un tuit al siguiente. Así, el incumplimiento de la palabra dada es una de las grandes causas de la desafección política en nuestro país. Si acompañamos este incumplimiento de la alta percepción de la corrupción que existe, obtenemos un resultado también ampliamente compartido por la ciudad

¿Nueva rebelión en la granja española?

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“Pero no habían dado veinte pasos cuando se pararon bruscamente. Un enorme alboroto de voces venía desde la casa. Regresaron corriendo y miraron nuevamente por la ventana. Sí, se estaba desarrollando una violenta discusión: gritos, golpes sobre la mesa, miradas penetrantes y desconfiadas, negativas furiosas. El origen del conflicto parecía ser que tanto Napoleón como el señor Pilkington habían descubierto simultáneamente un as de espadas cada uno. Doce voces gritaban enfurecidas, y eran todas iguales. No había duda de la transformación ocurrida en las caras de los cerdos. Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro”. Este es el final de “Rebelión en la granja”, genial novela de George Orwell, que satiriza sobre la evolución de la revolución rusa, desde la búsqueda de la justicia social hasta el macabro experimento de Stalin, encarnado en la ob

La Bolsa y la desafección política

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Según las personas encuestadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas en su último barómetro, el de julio, la política y los políticos son el tercer problema más importante que tiene el país, solo por detrás del paro y la corrupción (que también se relaciona con la política). Naturalmente, este desafecto hacia la actividad política y sus principales actores tiene causas múltiples, pero hoy me centraré únicamente en dos de las que más se citaron en nuestro país al calor del movimiento 15-M: la crisis económica y la creencia de una parte de la población de que la política no manda. Se cumplen ahora 10 años de la caída de Lehman Brothers y del inicio de la denominada como Gran Recesión, que a tanta gente trabajadora ha arruinado, que tantas empresas se ha llevado por delante y que tantas injusticias ha generado en todo el mundo. Muchos líderes de opinión y representantes políticos, empresariales o sindicales consideraban que la desafección política existente en aquellos año

¿Por qué se centrifuga tanto talento?

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He vivido personalmente en política el castigo a muchas personas de edad y líneas de pensamiento bien diferentes que, según el criterio de quienes dirigían en un momento coyuntural la maquinaria partidaria, eran “demasiado ambiciosas”. Sin embargo, a mi juicio, estamos faltos de gente ambiciosa. En la política, en la empresa, en la sociedad en general. Porque, según la define la Real Academia de la Lengua Española, la ambición es el deseo ardiente de conseguir algo (poder, riquezas, dignidades,…) o la cosa que se desea con vehemencia. Se me antoja del todo punto imposible regenerar el sistema político español, terminar con la tasa de pobreza que sufrimos o dar la vuelta a la escasa vocación emprendedora que tienen nuestros jóvenes, si no es de la mano de personas que tiren del carro con vehemencia, que tengan el deseo ardiente de conseguir grandes objetivos. De la mano de líderes. De la mano de personas con ambición, con mucha. Hay una alta probabilidad de que este diagnóstico se ase

Regenerar la política y la empresa

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El próximo día 7 la Asociación Asturiana de Empresa Familiar celebra su Asamblea Anual. En ellla se proyectará una realidad: el modelo de empresa familiar progresa en nuestro país. A pesar de la vulnerabilidad y las desventajas que conlleva tener una dimensión pequeña o mediana, como la mayor parte de las empresas familiares asturianas, el modelo progresa, por lo general, gracias al espíritu dinámico y emprendedor de los propietarios; a la estabilidad en el tiempo de los principios básicos; a la implicación directa de los accionistas en la gestión de la empresa; a su gran capacidad de adaptación al medio; a su proximidad a proveedores y clientes; y a un mayor compromiso con los trabajadores y el mantenimiento de los puestos de trabajo. No me detendré a explicar los datos que acreditan que la empresa familiar es capital en términos de generación de riqueza y empleo, tanto en España como en Asturias. Evidentemente, como en el resto del tejido empresarial, afronta retos importantes, c

Indignarse otra vez

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“Esto es insostenible. Hazme caso, en muy pocos días Rajoy tendrá que irse y se convocarán elecciones en un plazo muy corto. No hay alternativa”. El deseo, y no la realidad, llevó a un amigo a decirme esta frase el viernes pasado. Y como él, lo desean muchos otros ciudadanos a los que la incertidumbre política hace mucho daño en su día a día. Es verdad que, antes de la conversación conmigo, mi amigo ya había leído todos los titulares de prensa, las principales editoriales y, aunque sea por encima, las conclusiones básicas de la sentencia sobre el mayor caso de corrupción política que ha tenido lugar en nuestro país. Y también había escuchado al líder de Ciudadanos decir que la sentencia del caso "Gürtel" suponía “un antes y un después” en la relación que mantiene con el Gobierno. Seguramente, lo que mi viejo amigo no acaba de entender es que en la política de hoy, la pos-verdad se abre paso de manera más grotesca de lo que hubiéramos imaginado cuando observamos a la irru

¿Vuelta a la clandestinidad?

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Hace unos días que la alcaldesa de París o el último presidente de la República, ambos socialistas, no estuvieron presentes en el 78 Congreso del Partido Socialista francés. Tampoco asistió el último primer ministro, Manuel Valls, que se ha cambiado de bando. Hollande es repudiado por la actual jefatura del PSF y, por su parte, Hidalgo parece estar valorando la mejor fórmula partidaria para concurrir a las elecciones a la alcaldía de la capital francesa que se celebrarán en 2020. Ante semejante panorama, el secretario general del PSOE, único dirigente extranjero que había confirmado su presencia en el cónclave, también se excusó a última hora a cuenta del “tema de Estado” de las últimas semanas: el máster fantasma de Cifuentes. En fin. Lo cierto es que extrañas ausencias, repudios varios y deserciones más o menos justificadas son todas consecuencia del verdadero problema: el PSF pasó de trescientos a treinta diputados en las últimas elecciones a la Asamblea Nacional y no llegó al

La izquierda y las tres C

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Entre tanto ruido, hay debates vitales para el futuro de nuestra sociedad que se abren paso ocasionalmente. Afortunadamente. Las pensiones y la viabilidad del sistema que las ordena está en discusión estos días, esencialmente, gracias al empuje que le han dado al asunto los principales afectados. Los entonces conocidos como “yayoflautas” ya dieron muestras de su compromiso colectivo y capacidad movilizadora en torno al 15M. Quien tuvo, retuvo. Pero para pagar pensiones (dignas) hace falta que las capas jóvenes de la población sean suficientemente numerosas y que, además, coticen los suficiente. No es ese nuestro caso. Por si fuera poco, la generación más preparada de la historia lo tiene crudo. Según los datos oficiales, las tasas de paro y precariedad afectan a los jóvenes en mayor medida que a otros grupos de edad, y son comparativamente los que sufren un mayor riesgo de caer en la pobreza, con lo que no cuentan con demasiadas posibilidades de construir aquí un futuro con autonom